La terapia familiar se basa en la idea de que la familia es un sistema social único con su propia estructura y patrones de comunicación. Estos patrones son determinados por varios factores, incluyendo los valores y creencias de los padres, la personalidad de todos los miembros de la familia y las influencias de otros familiares, como abuelos, tíos y tías. Como resultado de estas variables, cada familia desarrolla una personalidad única, que es poderosa y afecta a todos sus miembros.
En las sesiones de terapia, los aspectos positivos de la familia se utilizan para ayudar a todos a enfrentar sus problemas. Todos los miembros de la familia asumen responsabilidad por los problemas. Algunos miembros de la familia son alentados a cambiar ciertos comportamientos.
La terapia familiar es un tipo muy dinámico de terapia, donde hay una participación activa de todos los miembros de la familia. El número de sesiones varía según la gravedad de los problemas y el compromiso de cada miembro de la familia con la terapia. La duración de las sesiones varía de 1 hora a 1 hora y media, dependiendo del tamaño de la familia y de los objetivos a alcanzar. Las personas que participan en terapia familiar aprenden más sobre sí mismas y sobre cómo funcionan sus familias. Les permite a los miembros de la familia expresar y explorar pensamientos y emociones difíciles de una manera segura, donde cada uno se compromete a entender la opinión y experiencia del otro. Respetar las necesidades individuales permite promover cambios positivos en sus relaciones y en sus vidas.
Mi atención familiar excluye a familias con niños menores de 12 años.
“Los niños son como el cemento fresco,
cualquier cosa que caiga sobre ellos deja una marca eterna”
Haim Ginott