Comúnmente, cuando se piensa en psicoterapia, las personas imaginan que se acostarán en un diván mientras un psicoterapeuta las intimida con notas sobre todo lo que se dice. Así es como se busca profundizar en experiencias que fueron reprimidas en la infancia y que podrían promover conocimiento relacionado con sus condiciones psicológicas actuales. Este era, realmente, el método que se usaba en los tiempos de Sigmund Freud. Actualmente, la psicoterapia se ha desarrollado, se ha actualizado y ha tomado diversos caminos diferentes al descrito anteriormente. Lamentablemente, todavía existe mucho prejuicio y concepciones erróneas de que la terapia es solo para personas con problemas mentales, o para personas que no son lo suficientemente fuertes como para resolver sus problemas solas. De hecho, los débiles nunca buscan terapia, porque requiere mucho coraje admitir que necesitamos ayuda. Todavía hay personas que creen que la depresión no es una enfermedad sino “capricho”. A pesar de que hemos evolucionado mucho, todavía tenemos un largo camino por recorrer.

               La adolescencia es un período en el que la persona aprende a abrazar su independencia y tomar decisiones por sí misma. Sin embargo, también es un período de nuevas responsabilidades y libertad, lo que hace que muchos adolescentes tengan dificultades emocionales y psicológicas. La presión de los amigos y la sexualidad también pueden ser muy confusas para el adolescente. La vida adulta requiere control emocional y habilidad para lidiar con las presiones del día a día y con los problemas que surgen a lo largo de la vida. El envejecimiento puede ser extremadamente conflictivo para el individuo, trayendo consigo una serie de problemas diferentes como baja autoestima, ociosidad, muerte, entre otros.

En todos los períodos de la vida, la terapia puede significar una renovación, un nuevo comienzo. La terapia individual está destinada a cualquier persona que esté dispuesta a conocerse mejor y a enfrentar valientemente y de manera efectiva sus problemas. El terapeuta tiene el papel de ayudar al cliente a desarrollar metas para la terapia, identificar y adaptar mecanismos de afrontamiento a situaciones actuales, establecer prioridades en la vida y enfocarse en objetivos de vida significativos.

La terapia individual puede ser breve o a largo plazo. Por lo tanto, el número de sesiones varía según la gravedad de los problemas y el compromiso de cada cliente. La duración de las sesiones suele ser de 50 minutos (a menos que se acuerde algo diferente con el terapeuta). El resultado de la terapia siempre dependerá esencialmente del compromiso del individuo con su proceso terapéutico. El psicoterapeuta siempre tendrá las mejores intenciones en mente, buscando siempre el bienestar mental y emocional del cliente.

Mi atención a individuos abarca adolescentes, adultos y personas mayores.

“Las personas que no se abren de ninguna manera

probablemente sean incapaces de formar relaciones íntimas

con otros y terminan permaneciendo socialmente aisladas.

                                              Bloch & Crouch, 1985