La supervisión es la mejor forma de desarrollo y mejora profesional para psicólogos clínicos. En países desarrollados como Inglaterra y Estados Unidos, la supervisión se recomienda para todos los profesionales, independientemente del tiempo de experiencia. La supervisión desarrolla el papel de mentor y proporciona dirección, apoyo emocional e información para los profesionales del área. Muchos investigadores consideran que la supervisión es el componente más importante en el desarrollo de un profesional competente, ya que ayuda al psicólogo a desarrollar una identidad profesional, reflexionar sobre sus valores, entender cómo sus valores interfieren en el proceso terapéutico con los clientes y refinar sus habilidades.

La supervisión clínica ayuda al profesional o al estudiante a evitar un agotamiento emocional inevitable en la profesión, derivado de los procesos terapéuticos de sus clientes. Discutir las sesiones de los clientes con un supervisor y recibir retroalimentación desde otra perspectiva, proporciona al psicólogo la oportunidad de aprender y practicar nuevas habilidades, encontrando mejores formas de ayudar a sus clientes.

Debido al contenido sensible del historial o la queja de muchos clientes, es común que el psicólogo se involucre demasiado y a veces descuide los límites terapéuticos que son extremadamente importantes para el proceso. En estos casos, el supervisor identifica rápidamente esta tendencia e interviene antes de que la situación se vuelva problemática y perjudicial para el proceso terapéutico del cliente.

Investigadores y expertos en el campo de la psicología clínica argumentan que ser un profesional competente no solo requiere educación continua, sino también disposición para obtener supervisión periódica y enfrentar constantemente dilemas profesionales y éticos. La supervisión constituye una forma de aprendizaje y desarrollo profesional continuo, y también ayuda al profesional a aprender cómo eventualmente convertirse en supervisor. Las investigaciones han identificado una serie de beneficios de la supervisión, incluida una mejora en el resultado de los procesos terapéuticos de los clientes, una mejor capacidad para monitorear la práctica ética y un aumento considerable en las habilidades generales del psicólogo clínico. En resumen, la supervisión no solo es fundamental en el proceso de aprendizaje de estudiantes y practicantes en psicología clínica, sino que también es un elemento extremadamente importante en la práctica de profesionales experimentados.

Muchos profesionales se niegan a recibir supervisión porque creen que ya lo saben todo o porque se sienten intimidados por la idea de que alguien juzgue su competencia o su trabajo. Los profesionales competentes reconocen que nadie puede deshacerse verdaderamente de algunos valores y principios que constituyen quiénes son realmente, y que lo mejor que pueden hacer es estar siempre conscientes de cómo esos valores y principios pueden influir en el proceso terapéutico de un cliente determinado. La supervisión es importante porque no solo permite que otro profesional experimentado escuche sobre su trabajo, sino que también le ofrece una perspectiva diferente que posiblemente no haya considerado. Durante la supervisión, el supervisor plantea cuestiones que tal vez no haya explorado con el cliente, y ofrece un espacio seguro para que el psicólogo se cuide. Aunque la supervisión es muy diferente de la terapia, puede ser muy útil para ayudar al psicólogo a identificar algunos problemas personales que pueden haber sido desencadenados por cosas que los clientes trajeron a la terapia.

“Como psicólogos clínicos, nunca podremos saber todo lo que nos gustaría saber, y nunca tendremos todas las habilidades necesarias para intervenir de manera efectiva en el proceso terapéutico de todos los tipos de clientes con las más diversas demandas. La supervisión es esencial para cualquier profesional del campo de la psicología clínica, independientemente de su nivel de experiencia” (Corey, Corey y Callanan, 2007).

Corey,G., Corey, M.S., & Callanan,P. (2007). Issues and Ethics in the Helping Professions. (7th Ed.). Belmont: Thompson Brooks/Cole